lunes, 25 de julio de 2016

Planes de verano


Todos los veranos están llenos de buenas intenciones, aunque lo mejor es no ponerse unas metas muy altas para luego no defraudarse. Empezando porque el cansancio acumulado se hace notar y el cuerpo y la mente necesitan un cambio de aire, una ruptura que varíe el panorama. Este año no habrá intensivos de ningún idiomas, ni cursos, ni planificaciones muy estrictas sobre productividad (que ya nos conocemos)... El mes de julio ventilado con las oposiciones tampoco deja lugar a muchas opciones, pero tampoco me quejo. Habrá viajes, visitas de amigos que hace mucho que no nos ven, mañanas tranquilas y tiempo para pensar.

Y leer, cómo no. Como si de un escaparate televisivo se tratase, he ordenado mi mesa (un totum revolutum hasta ayer) y he colocado los libros que tengo intención de leer en lo que me queda de verano. Lecturas pendientes, algunos libros aún por sacar de su funda de plástico, publicaciones que llevan meses esperándome. Aparte, por supuesto, de la escritura, que he tenido algo olvidada muy a mi pesar este año: algo que no volverá a repetirse en el siguiente, os lo seguro.