viernes, 18 de diciembre de 2009

Vida ordenada



Como nadie le había avisado de la fiesta sorpresa, cuando abrió la puerta y se encontró con más de treinta personas cantándole "Cumpleaños Feliz", se vio en la necesidad de consultar la agenda de su iPhone para constatar que aquel acontecimiento no estaba previsto.


Así que saludó muy educadamente a todo el mundo y pidió disculpas, y se encerró a continuación en su dormitorio para cumplir con lo programado: revisar la declaración de la renta y llamar por teléfono a todos sus amigos para invitarlos a su cumpleaños, que celebraría el sábado siguiente.

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