sábado, 15 de octubre de 2011

Defensa de "La piel que habito" (V)


Cuando digo que las citas culturales no son gratuitas, lo digo con conocimiento de causa. Del mismo modo que la embarazada sólo ve embarazadas por la calle, y el chico al que acaba de dejarle su novia cree encontrársela en cada rincón de la ciudad, cuando alguien se encuentra inmerso en un proceso creativo, todo lo que ve lo relaciona con su idea, descubre patrones que se repiten, modelos, referencias. Y cuanto más complejo sea el proyecto, más fácil será encontrar relaciones.

Cuando Almodóvar está preparando el guión de La piel que habito, casualmente ve una exposición de Louise Bourgeois en la Tate Modern: Vi una antológica en la Tate Modern, y detecté una conexión clarísima con lo que yo quería contar: me fijé en la escultura de una cabeza, en la que había un perfil masculino y otro femenino, con un niño en el interior. Son imágenes en las que se combinan los géneros, las edades... Evidentemente, si se integra esa referencia dentro de la historia, debe tener una función, como de hecho lo tiene: Es lo que permite sobrevivir al personaje de Vera. Imitando la obra de Bourgeois, ella consigue salir de su pozo: esculturas con dos genitales, esos muñecos que hacía con su propia ropa interior, en los que las costuras parecen puntos de sutura… El arte tiene una función salvadora.
Pero la utilización de Bourgeois no se limita a eso; Almodóvar es mucho más sutil cuando quiere (aunque muchos lo duden). En primer lugar, Bourgeois es famosa por la escultura Maman, que representa una enorme araña, de la que hay varias copias distribuidas por el mundo, incluido el Museo Guggenheim de Bilbao.

Y no olvidemos que la novela en que se basa (libremente) La piel que habito se llama Tarántula. ¿Pura casualidad? ¿Sirve de algo? No, realmente no aporta nada a la película, pero vayamos un poco más allá.

Del mismo modo que el músico que reconoce la influencia de tal disco o tal compositor a la hora de crear su último LP, o el pintor que se inspira en un clásico, u homenajea en un cuadro a otro, también la influencia de los artistas plásticos pueden hacerse notar en una película. Veamos por ejemplo algunas obras de Bourgeois.

¿Nos recuerda algo de la película? Y la siguiente escultura...


¿No remite a la primera aparición de Vera en pantalla?


Pensar que estos ejemplos son una coincidencia es ignorar todo el trabajo de integración de referencias que se esconden en La piel que habito. No se trata de citas gratuitas, como dijimos al principio, sino que la utilización de un artista, un pintor o un músico en el entresijo de una creación se debe a cuestiones mucho trascendentes que la simple pose cultureta. Almodóvar no ha dicho: uy, me gusta Louise Bourgeois, voy a ver cómo la meto en mi próxima película. No. El proceso es justamente al revés. Mientras está gestando su proyecto, el creador es receptivo a los estímulos, absorve como una esponja todo aquello que pueda relacionar con lo que está contando. Y de esa forma, "contamina" su obra, dejando marcas indudables de esa influencia.

Toda la obra de Almodóvar está llena de esas referencias culturales, incluso las películas que menos lo parecen. En Volver hay tragedia lorquiana, neorrealismo italiano, referencias a Hitchcock, a Qué he hecho yo para merecer esto!, y al valor simbólico del río, que ya aparecía en La mala educación (película con la que Volver guarda más relación de lo que parece). No podemos ignorar esta característica esencial de su cine, ese carácter onmívoro que asimila todas los referentes posibles para hacerlos propios y engarzarlos en la abigarrada estética de sus películas, en la que como decimos, nada es casual.

1 comentario:

www;alotofart.com.mx dijo...

muy buena nota!gracias por la info y las referencias :D