domingo, 7 de marzo de 2010

"Serenata para tenor, trompa y cuerdas" de Britten


Britten es uno de los compositores con mejor gusto literario del siglo XX. Aparte de las fuentes para sus óperas, (siempre basadas en obras de grandes autores como Shakespeare, Henry James, Thomas Mann o Herman Melville), siempre tuvo una sensibilidad especial a la hora de escoger poemas para sus canciones.

El ciclo Serenata para tenor, trompa y cuerdas es un clásico del siglo pasado, y un referente ineludible para todos los compositores anglosajones posteriores; con el hilo conductor de la noche, Britten compone un mosaico sonoro basado en poemas de Tennyson, Blake, Ben Jonson o Keats, donde la trompa y la voz de tenor comparten protagonismo.

Hay veces que una canción te atrapa y no puedes dejar de escucharla una y otra vez. Me pasó con A sip of wine (la versión que Philip Glass hizo sobre el texto de Boogie Street de Leonard Cohen) o con Sabali de Amadou & Mariam. Tienen una extraña magia que te obliga a reiterar la escucha, intentando encontrar algo que no termina de aparecer. Es el caso de una de las canciones contenidas en este ciclo, Elegy, cuyo texto pertenece a un poema de William Blake (puedes escuchar el fragmento aquí, a partir del minuto 1.25):

O Rose, thou art sick!
The invisible worm,
That flies in the night
In the howling storm,
Has found out thy bed
Of crimson joy:
And his dark secret love
Does thy life destroy.

La economía de medios de la canción es sorprendente, y aún así, consigue un efecto sobrecogedor desde la introducción de la trompa, donde los intervalos descendentes y el glissando se superponen al repetitivo motivo de las cuerdas. El texto, brevísimo, adquiere su verdadero significado al final, cuando el último verso concluye rompiendo la tonalidad (la "destroza") y comienza la coda final donde la trompa recupera de nuevo el papel principal.

¿Por qué es tan oscura esta canción? ¿De qué está hablando Britten? Debemos conocer un poco el momento de su composición para entender prefectamente su sentido. Britten había vuelto a Inglaterra en 1942, en medio de la Segunda Guerra Mundial. Con su salud muy debilitada, se contagió de sarampión y pasó una larga temporada en el hospital donde compuso la mayor parte de la Serenata a comienzos de 1943. El espíritu pesimista de la época se refleja en todo el ciclo, así como la situación personal de su autor.

Pero hay otro componente que deben ser tenido en cuenta. Por aquella época, Britten había iniciado su relación sentimental con el tenor Peter Pears (relación que duraría toda su vida) y esa situación era controvertida en la Inglaterra de la época; las prácticas homosexuales estaban penadas y perseguidas, y Britten siempre tuvo problemas de aceptación. Teniendo en cuenta estos antecedentes, la rosa, la enfermedad y el gusano del poema pueden entenderse de otra forma, interpretación a la que remite también el "oscuro amor secreto" (que recuerda a los Sonetos del amor oscuro lorquianos). La canción es entonces un triste lamento sin solución: la perla ya se ha formado y no hay manera de destruirla.

Entiéndase de una forma o de otra, la hipnótica melancolía de la canción es una muestra magnífica del genio compositivo de Britten y de su innata capacidad para adaptar textos poéticos.

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