lunes, 8 de febrero de 2010

"El arte de la vida" de Zygmunt Bauman


"Toda vida es una obra arte", es la conclusión final de esta obra del sociólogo polaco, y semejante afirmación se presenta muy atractiva en una sociedad donde vivimos un individualismo feroz y la circunstancia personal del ser humano está por encima de cualquier consideración de grupo o comunidad.


Partiendo del concepto de felicidad y de la falsa concepción que de ella se tiene, Bauman elabora todo un razonamiento que nos lleva a considerarnos "artistas de la vida", en la medida que la vida es en sí una obra única, irrepetible y que posee características asociadas al individuo, imposible de imitar o reproducir.


En un mundo donde el concepto de originalidad y novedad se han transformado en el nuevo dios, y el cambio y la última moda se han impuesto como únicas pruebas de que seguimos vivos, descubrir que cualquier opción que tomemos es válida (porque sea novedosa o no, radical o tradicional, dará lugar a la obra más personal que existe, nuestra propia existencia) es una bocanada de aire fresco en los tiempos que corren. Porque incluso decidir no cambiar es una opción que nos define como artistas de la vida.



A pesar de su corta extensión, el ensayo recoge reflexiones muy fecundas y sugerentes que nos hacen pensar sobre lo absurdo de muchas convenciones sociales que hemos aceptado y replantearnos su validez en nuestra vida, dado que podemos esculpirla a nuestro antojo. ¿Acaso no se trata de un privilegio de artista?

1 comentario:

gloria lizano lópez dijo...

Cuando estudiaba quería que el arte, como se concive, desapareciera, para ser parte de la vida como algo cotidiano, por lo que todo el mundo podía ser artista. Yo también quiero que la vida sea así, ¡arriba Bauman!. Lo leeré y aprenderé de él.
Un abrazo, artista.